Educar es educarse



En la actualidad, los estudiantes están sujetos a muchos riesgos e incertidumbres que se suman a la incapacidad de vislumbrar una educación de calidad en tiempos de la pandemia. Conviene preguntarse ¿quién es propiamente él que educa?, ¿cuándo comienza la educación?, ¿qué es lo que se aprende en la escuela? y actualmente, ¿qué es lo que se aprende en casa?

La dinámica de la sociedad actual reclama, que tanto los padres como las madres se vean inmersos en una situación laboral, situación que se ha visto mermada por el confinamiento que parece no tener fin. Antes como ahora la figura de los padres ausentes, se encuentra ocupada, en el mejor de los casos por algún familiar o por personas que no están sujetas a dicha obligación, pero que de alguna manera cumplen con la labor de educar en el hogar.

Hasta antes de la pandemia, qué pasaba cuando los niños después de la jornada escolar, con un bien o mal comer, se postran frente a la televisión. Es posible imaginar los problemas que los padres llegarán a tener, si durante los primeros años de vida de sus hijos, han estado mirando en exceso la televisión.

Los primeros años de vida de los niños, son los años más interesantes y llenos de sorpresas para los padres. Aun sea bajo la figura de ambos padres o de cualquiera de los dos, los niños deben ser educados en una serie de valores que les permita desarrollarse como personas conscientes de su actuar. La educación se encierra en la satisfacción que el niño tiene conforme va creciendo y empieza a repetir lo que no entiende. Cuando por fin lo ha hecho bien, se siente orgulloso y radiante. El niño se educa a sí mismo, manifestando en su educación una pequeña contribución de los padres.

El siguiente nivel donde los niños aprenden a leer y escribir, que representa una ruptura con los años del solo hablar y repetir, es cuando acceden al Jardín de Niños y la Escuela Primaria. Sin duda es un gran paso, ya que en este momento se hace presente la relación con otros niños y se busca desarrollar en ellos las habilidades de comunicación.


El Maestro ejerce una función muy importante al influir en este proceso. Al alumno se le enseñan cosas nuevas para expresarlas de múltiples maneras. En este sentido, el momento que cobra singular importancia es ¡Aprender a escribir!

El conflicto en el que se ve inmerso el alumno y donde el docente debe ser el mediador, es cuando se hace presente que: “Leer no es hablar y hablar no es escribir”. Tan es así que, uno de los problemas por los cuales no se ha logrado un desarrollo integral de los alumnos, es que al no tener hábitos de lectura, no se lee de manera correcta y se escribe como se habla.

Al afirmar que el educar es educarse, lo más importante es que como docentes se debe lograr que los alumnos tengan la capacidad de contestar cuando se les pregunte algo, que sean capaces de hacer preguntas, recibir respuestas y defender sus argumentos.

Se debe tener la sensibilidad para reconocer lo que el docente debe saber y para lo que el alumno desea conocer; la actitud que se debe tener frente al conocimiento, así como el respeto y el buen trato con el otro.

La labor educativa del docente debe consistir ante todo en potenciar el saber allí donde se perciben los puntos débiles del alumno, no dejarlos sólo en manos de la escuela, sino también involucrar a los padres para responsabilizarlos en el proceso de enseñanza aprendizaje.

La educación consiste en educarse, es decir, que la responsabilidad de la educación recae en el alumno, en el docente y en los padres de familia. Ajena a las competencias y a las habilidades, la auténtica educación es el resultado de la voluntad de educarse conforme a los elevados ideales de la cultura.


Luis Manuel Vázquez Morales

 Fb: Luis Manuel Vázquez Morales

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