Cuando has
crecido en un país como nuestro México y fuiste criado con un sistema de
educación adultocentrista, es muy probable que repitas los patrones de crianza
generacionales, basados en el autoritarismo y el uso de la corrección corporal,
también cabe la posibilidad que algo en tu interior se rebele a este sistema
disciplinario desde tu infancia o adolescencia y que más de una vez te hayas
encontrado diciendo, cuando yo sea madre/padre no seré de tal o cual forma.
Considerando que la mayoría de las veces, entre el decir y el hacer hay un
largo trecho, seguramente te habrás descubierto repitiendo las frases de mamá o
papá y el resultado fue que te sentiste desconcertada o desconcertado y
empezaste con la autoexigencia, esto lo tengo que cambiar ¡ya!
Y después te
encuentras frente a la interrogante ¿cómo le hago para cambiar? Primero, déjame
felicitarte y por favor felicítate también, este es el primer paso y el más
difícil, ya que estás tomando conciencia de que algo necesita ser modificado.
El segundo paso es que comprendas que como mamá y papá estamos siempre, siempre
en construcción; comprenderlo ayudará a que estés abierto o abierta a la
autobservación, a generar los cambios que sean necesarios y a seguir
aprendiendo.
Partiendo de la
premisa de que la crianza es una tarea diaria, altamente estimulante,
gratificante, agotadora y en especial es de esas actividades que solo se
aprenden haciendo. Vamos a aprender un poco más sobre este tema.
En esta ocasión
empezaremos por la información, es difícil modificar nuestras conductas si no
cambiamos nuestros saberes. En el post de la semana pasada mencionamos a groso
modo lo que es la disciplina positiva y el fundamento de la misma en los
Derechos de las niñas y niños, si no lo leíste te invitó a hacerlo, hoy
hablaremos sobre los otros fundamentos.
La disciplina
positiva es un enfoque que combina los principios de los Derechos de la niñez,
principalmente el derecho de niñas, niños y adolescentes a vivir una vida libre
de violencia; con los hallazgos sobre crianza efectiva y las investigaciones
sobre el desarrollo sano de la niñez.
El primer
hallazgo sobre crianza efectiva se lo debemos a Alfred Adler (médico y
psicoterapeuta austriaco) él fue pionero en lo que conocemos actualmente como
disciplina positiva, Adler por allá de 1920, se da cuenta que el enfoque
terapéutico es principalmente correctivo (tenía una clínica de la conducta a la
que le enviaban los niños y niñas que se portaban mal) y decide apostarle a un enfoque más
profiláctico, es decir, a la prevención y a la educación, sí, adivinaste, le
apostó a la educación de las y los
adultos por medio de talleres para
padres y profesores. Su lema fue “Firme y amable”, para evitar que se cayera en
permisividad.
Posterior a la
muerte de Adler, el Dr. Dreikurs, su discípulo continua su legado en Estados
Unidos, él a su vez empieza a hablar de “Educación Democrática”, lo que
significa quitar a padres y madres la autoridad única e intransferible y en su
lugar empezar a escuchar el pensar y sentir de las y los menores para lograr
una toma de decisiones consensuada en casa.
Pasaron muchos
años para que saliera el primer “Manual de Disciplina Positiva”, sus autoras Jane
Nelsen y Lynn Lott (1980), inician con la diferenciación entre lo que es la
disciplina positiva y lo que no es:
DISCIPLINA POSITIVA |
|
ES |
NO ES |
ü Encontrar soluciones a largo plazo que desarrollen la
autodisciplina de hijos e hijas. |
ý Ser madres y padres permisivos. |
ü Comunicar a hijos e hijas con claridad sus expectativas, reglas y
límites. |
ý Dejar que su niña o niño haga lo que él desea. |
ü Construir una relación mutuamente respetuosa con ellos y ellas. |
ý No tener reglas, límites o expectativas. |
ü Enseñarles habilidades que les serán útiles para toda la vida. |
ý Reacciones de corto plazo o castigos alternativos a dar palmadas
o golpear. |
ü Aumentar la capacidad y la autoconfianza de sus hijos e hijas
para manejar desafíos vitales. |
|
ü Enseñarles cortesía, no violencia, empatía, amor propio, derechos
humanos y respeto a los otros. |
|
Y como en todo enfoque o modelo, mencionan cuáles son las herramientas para llevarlo a cabo, estas herramientas son conocidas como los cuatro pilares de la Disciplina positiva y seguramente en cualquier video o lectura que hagas sobre el tema los podrás identificar:
Como verás estos
pilares están representados como bloques de forma ascendente, por supuesto,
adivinaste, tenemos que aprender a hacer lo que nos menciona el bloque de la
base para adquirir las siguientes herramientas.
¿Qué te parece?
Te invitamos a continuar leyéndonos, dejar tus dudas y comentarios y a seguir
caminando juntas y juntos por esta maravillosa aventura de ser madres y padres
con un sistema de disciplina positiva.
Consultas presenciales y online, citas al tel. 241 122 0723
Excelente!
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