Resulta que como cada domingo, vamos a visitar a mi suegra,
ella se llama María, es una mujer llena de amor por sus hijos, quien siempre
nos recibe con una gran sonrisa, y por supuesto, con una exista comida que
deleita nuestro paladar.
Este domingo, como es costumbre llegamos, mi esposo, hijo y
yo, ya se encontraban reunidos, mi cuñado y su esposa, mi cuñada, nuestro
sobrino y su novia, estuvimos conviviendo y platicando de los acontecimientos
de la semana, hasta que llegó el momento de retirarnos.
Mi cuñada Myriam, que vive en la misma casa muy amable nos
acompañó a la salida y nos comentó a mi esposo, y a mí, que iría mi suegra, a
visitarnos el próximo martes por la mañana. No sabes!!! Mi foco rojo
inmediatamente hizo un recorrido por la casa, particularmente por el patio, no
están para saberlo, somos amantes de los Golden Retriever, una raza de perros
maravillosa.
Por supuesto el patio era un desastre, sin embargo, no
íbamos a desatender, a quien siempre nos recibe en su casa con mucho aprecio,
inmediatamente acentuamos los tres que la esperábamos con mucho gusto.
El lunes por la mañana, cada uno, hicimos nuestros
quehaceres, el hijo con las tareas de la escuela, mi esposo y yo a nuestras
actividades cotidianas, en mis pensamientos, “pan comido a las seis de la tarde
arreglo el lugar”. ¿Qué tiempo puede tomarme? en una hora máximo, hago la
limpieza del patio”.
Jajaja… que les cuento, termine mis actividades a las 12 del
día, me disponía a ver el Facebook, WhatsApp, las redes en general, y la
conexión a internet muerta, lo que, en esta ocasión, no me molesto,
inmediatamente salí al patio y empecé a mover, casas de perros, objetos y todo
lo que veía mal puesto, a barrer y a limpiar, pues ya entrada en acción,
levante una lona y una alberquita de juguete; que me duraba el patio oohhh!!!
Craso error….
Cada que volteaba a algún lugar del patio algo me gritaba
límpiame, arréglame, las lámparas, las plantas, el pasto, las ventanas, quiero
reconocer que…. Admiro a quienes se dedican a las labores de la casa en cuerpo
y alma. Ahí me ves, agarré la escoba con singular alegría, el jabón y el cloro,
ventanas, paredes, lámparas y todo lo que se me atravesó limpié.
Mi esposo al ver el desorden se ofreció a ayudar, y por
supuesto no iba a despreciar tan apreciable ofrecimiento, sin embargo, dos
cabezas piensan más que una.
Él tuvo la brillante idea de sacar un pequeño toldo que
tenemos, pues iba a venir mi suegra, la santa madre de mi esposo; ella presenta
un problema de alergia al sol, y queríamos salir al patio para no estar
encerrados en la casa.
Nos encaminamos a poner el mencionado toldo, que ya les
contaré en otra ocasión la aventura, nos dieron las siete las once y la una de
la madrugada y por fin terminamos.
Ocho y media de la mañana ya bañados y con desayuno en mesa
esperábamos a mi suegra, les cuento, "Al cuarto para las nueve, Myriam, mi
cuñada manda un WhatsApp, mi mamá no llega… mi cuerpo experimento una sensación
de desvanecimiento y decepción, todo imagine menos que mi suegra nos dejara
plantados, tuvimos esa sensación, que los novios (as) experimentan al quedarse
vestidos y alborotados.
Moraleja: “Todo cambia en el último segundo, vive y disfruta
la vida, sin excesos, porque lo que hicimos rebasó los límites es en serio,
piernas huesos y el cuerpo en general dolían, recuerden, mantengan sus espacios
limpios y ordenados, para que no te pase a ti.
Beatriz Bortolotti Torrentera
betifany0016@hotmail.com
Agradable lectura
ResponderEliminarQue bueno que te gustó! saludos!
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