Esta semana
hablaremos del primer pilar de la disciplina positiva, “identificar objetivos a
largo plazo”, y lo vamos a hacer de manera práctica con un ejercicio, piensa en cómo quieres que
sea tu hijo o hija como adulto, con cuales
valores se conducirá, te invito a enlistarlos en un papel; piensa también en
los siguientes temas: cómo se desempeñará en su profesión, cómo se relacionará
contigo, te visitará o llamará, estará pendiente de tu salud sin descuidar a la
familia que formó; qué tipo de familia formará, una familia armónica o una
llena de caos y violencia; tendrá una familia estable o saltará de relación en
relación; puedes tomarte unos minutos para pensarlo y continuar la lectura una
vez que tengas esas imágenes mentales muy claras; bien, ahora recuerda cómo fue
la mañana del día de hoy o de ayer si es que estás leyendo esto antes de que
despierte tu pequeño o pequeña. Recuerda cómo se despertó, lo hizo solo/sola o
con tu ayuda, permitiste que se vistiera
solo/sola o sencillamente elegiste intervenir para que lo hiciera rápido y “bien”, desayunó
sin apoyo o lo alimentaste en la boca; en caso de que sea mayor de seis años se
sirvió los alimentos o cooperó a poner los servicios de la mesa o serviste tú
los alimentos y te hiciste cargo de todo lo demás; si es adolescente, se
preparó el desayuno o esperó a que le prepararas algo; depositó su ropa sucia
en el cesto o dobló la pijama; tendió su cama antes de empezar sus clases
virtuales, en fin, recuerda todas las acciones previas a empezar con la rutina
escolar, ¿tienes ya las imágenes de esta rutina? Continuamos.
Contrasta las
actitudes y conductas de tu hijo o hija en esta mañana, con esa persona adulta
que imaginaste, revisa la lista de valores y evalúa lo más objetivamente
posible cuánta congruencia hay entre las conductas de hoy por la mañana y esa
persona adulta.
Al referirme a
revisar la congruencia, no hablo de la congruencia de tu hijo o hija, hablo de
la tuya como padre o madre; cuántas de las acciones que tuviste fueron
completamente de resolución y tal vez de sobreprotección, las mamás hacemos
cosas en nombre del amor muy curiosas.
Por citar un
ejemplo con el que muchas personas se pueden identificar, pensemos en una
mañana típica cuando teníamos prisa para salir rumbo al colegio, nuestro
objetivo era “llegar puntuales” éste es un objetivo
a corto plazo y para lograrlo, podíamos hacer todo por
nuestros hijos e hijas (vestirles, peinarles, darles de comer en la boca, poner
la mochila, preparar el lunch, etc.) o podíamos empezar a estresarnos y
gritarles, un menor número de personas, quizá llegó a dar un par de nalgadas
para que se apuren.
Con frecuencia
empatar los objetivos a corto y largo plazo es complicado, regresando al
ejemplo anterior, si algún papá/mamá se desespera y grita o pega para obtener
buenos resultados, no está enseñando a que en un futuro su hijo o hija resuelva
las cosas de forma pacífica.
Los objetivos a
largo plazo tienen que ver con las actitudes y valores con las que imaginaste a
tu hijo o hija en la etapa adulta, es decir, que sepa resolver conflictos, sea
honesto/honesta, responsable, trabajador/trabajadora, una persona que empatiza
y colabora, en pocas palabras que se conduzca con integridad.
Probablemente
dirás “pero es que aún es muy pequeña o pequeño”, claro, hay cosas que no
puedes pedirle de acuerdo a su edad, pero para ello te recomiendo que observes
la tabla de responsabilidades de acuerdo a la edad y que se le atribuye al
método Montessori, seguramente encontrarás que al menos llevar su ropa sucia a
un cesto y levantar sus juguetes puede hacerlo.
El tema central
es ver los retos de los objetivos a corto plazo como una gran oportunidad de
trabajar para conseguir los objetivos a largo plazo, en todo momento estás
modelando la conducta de tus hijos e hijas, recuerda el refrán que dice “Las
palabras conmueven, el ejemplo arrastra”. Así que cada vez que experimentes
frustración, toma unos segundos para respirar profundamente mientras recuerdas
cuáles son las conductas que deseas modelar y que son mucho más importantes
para la vida que “se ponga los zapatos YA”, contactando con tu propia
consciencia y con la disciplina positiva poco a poco estas tareas por el
momento agobiantes, se irán haciendo más fáciles de resolver.
Consultas presenciales y online, citas al tel. 241 122 0723
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