Leer es más que saber pronunciar las palabras
escritas, saber el significado de cada una de ellas y es más que saber
comprender el alcance de todo el conglomerado de vocablos que conforman un
texto, “Leer lo es todo”, “Leer es vivir”.
Los escritores han legado en sus obras a los
lectores un sinfín de escenas, personajes y paisajes que marcan la vida de
todos aquellos que abren sus páginas. Enamorarse de los personajes, reír, llorar,
sufrir con ellos es parte de los sentimientos que el autor siembra en su libro.
Las simpatías, los temores, el odio y el rencor que producen las acciones de
los protagonistas cuando sin motivos afectan la vida de los demás, también son
parte de los sentimientos que despiertan sus palabras.
Una vez que el lector toma un libro y recorre
sus páginas, se aflige por la situación de pobreza extrema que vive, padece de alucinaciones
que le provocan la fiebre y el hambre, llora la muerte de su abuelo, lamenta la
vejación que sufren sus amigos por su condición económica o social, tolera la
hipocresía, la traición y la falta de valores. Pero al tomar otro libro se
convierte en el héroe, el hechicero que transforma su vida y la de los demás con
tan sólo agitar su varita mágica.
Desde los sufrimientos que le provocan las narraciones
por el duro y crudo realismo con el que se describen las situaciones de
miseria, enamorarse y padecer un desamor, hasta vivir el glamour de la
aristocracia, son parte de las situaciones que vive a través de la lectura.
Conocer castillos, visitar ciudades, navegar
por ríos y mares, viajar alrededor del mundo, ir a cazar, salvar a una doncella
prisionera y custodiada por un dragón, buscar tesoros, inclusive robar o matar,
son algunas de las aventuras que deben vivir los estudiantes si se decidieran a
tomar un libro por el sólo placer de leer.
Bien se puede argumentar que es costoso
adquirir un libro, pero en la actualidad, donde la vida de los estudiantes está
permeada por los medios de comunicación masiva, en Internet, con tan sólo
escribir el título de la novela y el nombre de su autor, aparece toda una lista
de sitios donde se puede consultar y descargar la obra en cuestión. Sea en
físico o formato electrónico, el alumno recurre a su imaginación para vivir una
aventura extraordinaria al lado de los personajes que desde siempre han marcado
la vida de todo lector.
De la gran variedad de autores y géneros
literarios se pueden desprender grandes aventuras, aventuras que se pueden
vivir al abrir un libro. Basten un par de autores y mencionar algunas de sus obras
para vivir y sentir el placer de leer.
Quién no ha recorrido las orillas del Río
Misisippi al lado del astuto y sagaz Tom Sawyer y su inseparable y fiel amigo Hucklerberry Finn. Quién no sintió los regaños de la tía
Polly por las colosales travesuras de Tom, o vivió la nostalgia por su
distanciamiento con Becky. Las palabras de Mark Twain transportan al lector a
un condado costero del sur de los Estados Unidos; sentir, sufrir, reír por las
travesuras de Thomas marcan la vida de los que se acercan a la lectura como una
práctica cotidiana sin el temor de las presiones escolares por aprender a leer.
De vivir una infancia
en el sendero de un río pescando con una vara y un gancho como anzuelo, hasta vivir
la plenitud de la vida durante 84 días en el mar sin lograr pescar nada, son
las facetas de la vida que presentan en sus obras Mark Twain y Ernst Hemingway.
Los pasajes de El viejo y el mar impresionan por la
perseverancia del viejo que sufre por el enfrentamiento con un pez que
sobrepasa el tamaño de su barca. Escena que se revive en Islas en el Golfo, donde el hijo menor del personaje principal se
enfrenta cuerpo a cuerpo con un enorme pez, al que logra someter después de una
lucha cruenta.
Los paisajes a los
que Hemingway transporta a sus lectores los llevan a recorrer en ambulancia los
caminos de Italia durante la Primera Guerra Mundial, vivir, sentir y vibrar por
el apasionado amor de Henry y Miss. Barkley. Andar por las verdes colinas de
África siguiendo el rastro de los rinocerontes, caminar por las noches en las
calles de París y vivir un San Fermín en Pamplona, España.
Leer se debe
convertir en un hábito, la lectura no es obligación. Hay todo un mundo de
maravillas encerrado en las obras de la literatura universal que espera ser
explorado por las mentes ávidas de aventuras e historias que solo pueden
ocurrir tras las páginas de un libro. Si no existe el gusto no se puede
aprender a leer.
Luis Manuel Vázquez Morales
Fb: Luis Manuel Vázquez Morales
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